Dedicar una mañana a recorrer las más tradicionales bellezas urbanísticas, monumentales e históricas de la ciudad de Sevilla es sin duda una magnífica opción en esta Ruta.
Es por ello que el viajero pasea por las laberínticas calles del Barrio de Santa Cruz, la antigua Judería, en donde cada encrucijada, cada esquina, cada plaza, lleva la marca de anécdotas y misterios de otro tiempo.
El conjunto del Real Alcázar de Sevilla es el mejor compendio del arte, la historia y la diversidad cultural que han conformado esta gran ciudad. Su visita sorprende al viajero por su magnificencia, belleza y excelente estado de conservación.
Otro de los iconos de Sevilla es su gran Catedral. Erigida, tras la conquista cristiana, sobre lo que fuera la Mezquita Mayor de Sevilla durante la dominación musulmana, conserva como campanario el antiguo minarete, que es hoy la torre de la Giralda, símbolo y emblema de la capital. El viajero vive con asombro su paseo por entre los muros de este imponente y majestuoso edificio repleto de tesoros, una de las catedrales góticas más grandes y hermosas del mundo.
El viajero llega a continuación a uno de los preciosos palacios sevillanos y allí disfruta de las exquisiteces de la gastronomía de esta tierra, en un ambiente mágico y elegante.
Y tras esta jornada llena de arte, belleza, cultura e historia, junto a un escogido grupo de artistas sevillanos, el viajero se adentra en el mundo de la Fiesta, para vivir el Flamenco con la mayor intensidad y cercanía.