Pocas tierras en el mundo ofrecen tanta diversidad y contrastes como Andalucía. Buena prueba de ello es el encuentro con la histórica ciudad renacentista de Baeza, en la provincia de Jaén.

Como flotando en un inabarcable  océano de olivos, la llamada Florencia andaluza se erige con su sobria arquitectura tallada en piedra.

El viajero se deleita al pasear con asombro por entre los conjuntos monumentales de esta Baeza, declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco.

Terminada la visita, el viajero se desplaza al Museo de la Cultura del Olivo, templo del olivar y el aceite de la provincia de Jaén.

En este edificio, su bodega y su entorno, conocido como “La Catedral del Aceite”, el viajero se sumerge en un mundo fundido con las raíces de este árbol milenario. El paisaje, la gastronomía, las costumbres populares, la arquitectura tradicional, todo gira en torno al cultivo del olivar y a la elaboración del aceite de Oliva a lo largo del tiempo.

Y en este entorno único, tras un almuerzo acorde con las costumbres de la zona, la Fiesta Flamenca, protagonizada por los artistas locales, viene a culminar  las vivencias del viajero en esta jornada tan peculiar.

 

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