La llaman “Málaga la Bella” y no sin razón.

La ciudad de Málaga es internacionalmente conocida como la capital de la Costa del Sol, una zona eminentemente turística, en la que la oferta de sol y playa ha predominado desde décadas, y predomina aún, sobre cualquier otra consideración.

Sin embargo, la transformación actual de esta espléndida ciudad del sur, bañada por las aguas cálidas del mar Mediterráneo, la han convertido además en la ciudad de los museos, con una oferta cultural comparable a la de cualquier gran capital del mundo.

En su primer contacto a la llegada a Málaga, el viajero recibe su primera inmersión en el mundo del flamenco, degustando una cena típica de la zona en un lugar muy emblemático de la ciudad, seguida de una Fiesta Flamenca en la que intervienen un grupo de relevantes artistas de la tierra.

El viajero se siente así en íntima conexión con el mundo del flamenco malagueño y sus artistas, compartiendo la autenticidad del Ritual para vivir el flamenco y formar parte de él.

 


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